• El presidente Zelenski ha dicho en su cuenta de Telegram que el ataque ha alcanzado una tienda de comestibles, y lo ha calificado de «crimen ruso demostrablemente brutal»

Groza es un pequeño pueblo situado al oeste de Kupiansk. Unos treinta kilómetros separan a esta población de la línea de frente. Hace más de un año que las fuerzas ucranianas lograron liberar la aldea. El enclave estuvo varios meses bajo control del Ejército de Rusia. Antes de la invasión vivían allí unas 500 personas. El censo actual no supera los 330 vecinos. Ayer, 60 de ellos se reunieron para celebrar el funeral de uno de los residentes. Los civiles se congregaron cerca de una cafetería, donde también estaba situada la tienda de alimentos local. Aproximadamente a la una y veinte del mediodía, hora local, un misil ruso, posiblemente Iskander, impactó contra el lugar, afirmó el ministro de Interior de Ucrania, Igor Klymenko.

Al menos 51 personas fueron asesinadas, entre ellas había una niña de tan solo 6 años de edad. Los heridos, que ascienden a 7 -seis mujeres que superan los 50 años y un hombre de 55-, han sido trasladados al hospital de la ciudad de Járkov. Dos de ellos en estado grave, informan los servicios médicos. El portavoz del Departamento Regional de Situaciones de Emergencia, Yedyni Novyni, dijo en la televisión nacional ucraniana, que un total de 58 residentes fueron rescatados bajo los escombros.

Casi todas las familias tenían a alguno de sus miembros en la reunión. Las autoridades ucranianas sospechan que alguno de los habitantes de Groza habría avisado a los rusos que el encuentro vecinal estaba teniendo lugar en aquel punto, dijo el ministro Klymenko, según recoge el portal ucraniano Suspline News.

Varios equipos médicos se trasladaron hasta el lugar. En las labores de rescate participaron 40 agrupaciones de los servicios de emergencia que siguieron buscando posibles supervivientes bajo las ruinas hasta que llegó la noche. Las fotografías publicadas por los políticos y funcionarios ucranianos muestran una escena dantesca. Varios cadáveres yacen bajo los restos de cemento y ladrillos de los inmuebles destruidos.

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Es el ataque más mortífero que sufrió la región de Járkov desde el inicio de la guerra a gran escala, confiesa Olena Shapoval, representante de la administración militar del óblast. Y, desgraciadamente, podría ser el ataque contra objetivos civiles que más muertos haya provocado, superando el bombardeo contra uno edificio de apartamentos en la ciudad de Dnipro en enero, que se cobró la vida de 46 personas.

Rusia ha estado concentrando a sus efectivos en el área que rodea en importante enclave de Kupiansk. Las fuerzas del Kremlin han tratado de recuperar las posiciones perdidas en la contraofensiva ucraniana que se llevó a cabo en el otoño de 2022. El presidente Zelenski visitó esta misma zona el pasado martes para comprobar el estado del suministro de armas occidentales.

Kiev responderá

Desde Granada, Zelenski calificó el bombardeo contra Groza como «un ataque terrorista totalmente deliberado, demostrativo y brutal». En la declaración publicada en su cuenta de Telegram, dijo que Rusia «necesita este y otros ataques terroristas similares» para hacer de su «agresión genocida la nueva norma para todo el mundo». Además, pidió a los socios occidentales que ayuden a fortalecer la defensa aérea de Ucrania y «brinden protección a nuestro país contra el terrorismo».

El líder ucraniano dio sus condolencias a los familiares de los fallecidos y subrayó que «responderemos a los terroristas». «Todos aquellos que ayudan a Rusia a eludir las sanciones son criminales. Todos los que hasta ahora apoyan a Rusia apoyan el mal», agregó. El ministro de Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, comunicó a través de X (antes Twitter) que su país necesita más sistemas de defensa aérea. «Estamos discutiendo esto con los socios».