Alejandro Mario Fonseca
Cuando yo era niño vivía a una cuadra del Plan Sexenal, en el actual municipio Miguel Hidalgo de la ciudad de México. Era un área grande arbolada, llena de jardines, que contaba con instalaciones deportivas, canchas de basquetbol, una alberca olímpica, frontones, una pista de patinaje y juegos infantiles. Allí aprendí a nadar, a patinar y en general a jugar casi de todo. Recuerdo los domingos porque mi papá nos llevaba, mientras él leía el Excélsior en alguna banca y se encargaba de mis hermanos pequeños, los más grandes nos íbamos a nadar o a jugar alguna otra cosa.
Plan de desarrollo
El deportivo Plan Sexenal a lo largo del tiempo ha sido remodelado varias veces, actualmente cuenta con excelentes instalaciones deportivas que son utilizadas en encuentros deportivos nacionales e internacionales. Fue construido por el presidente Lázaro Cárdenas en 1938 y su nombre se debe a que fue precisamente en el sexenio de Cárdenas cuando por primera vez nuestro país pudo contar con un plan de desarrollo nacional. Seguramente se trataba de una emulación de lo que ya venían haciendo los rusos, creo que desde Stalin que iniciaron la industrialización masiva de la Unión Soviética con sus planes quinquenales.
Desde entonces todos los candidatos a la presidencia de la república, cuando andan en campaña, recorren el país para “registrar las carencias y necesidades de la población”; después elaboran un plan nacional de desarrollo que “intentan seguir” a lo largo de su mandato.
El rito de la elaboración del plan de desarrollo poco a poco y ya después por fuerza de ley empezó a ser imitado por los gobiernos estatales y municipales. Hoy en día es un requisito legal que las autoridades electas de los municipios, así sean muy pequeños y humildes, deben presentar ante las autoridades estatales, su Plan de Desarrollo Municipal; mismo que tiene que ser “abalado” por asambleas de participación ciudadana.
Plan, programa, proyecto
Sí usted quiere darse cuenta de la importancia del Plan de Desarrollo Municipal, lo invito a que lea, tanto la Ley Orgánica Municipal en su artículo 17, como el artículo 115 constitucional, apartado V. En teoría el Plan debe ser el instrumento guía del trabajo del alcalde y sus colaboradores.
Se divide en programas enfocados a las áreas prioritarias, que debido a la pobreza generalizada de nuestro país, son aquellas relacionadas con el bienestar social: salud y educación. Sin embargo, ya que la educación y la salud son áreas en las que la federación invierte mucho dinero, las verdaderas áreas que atienden las autoridades municipales son las de servicios directos: limpia, vialidades, agua y seguridad, entre otras.
Los programas a su vez, se subdividen en proyectos específicos, como por ejemplo aquí en Cholula, el de modernización de vialidades, que incluye pavimentación, cambios de sentido, el sistema uno por uno, etcétera. Los proyectos son muchos, todo depende de las necesidades urgentes de la localidad, que para seguir con el ejemplo de Cholula serían: una nueva cárcel municipal, moderna y fuera del centro de la ciudad; vasos pluviales reguladores; la modernización de los mercados y tianguis; el flamante Complejo Cultural; y muchos otros.
Arriaga en entredicho
En San Pedro Cholula estamos ávidos de conocer lo que hará la flamante alcaldesa Paola Angón. Seguramente ella ya sabe muy bien lo que va a hacer durante su mandato. Sin embargo, amable lector, yo creo que la importancia de la planeación no está en el qué, sino en el cómo, cuándo y con qué. Sobre todo en el cómo.
Desde el gobierno de J. J. Espinosa nuestra ciudad cambió mucho. Su administración fue exitosa porque casi todo lo que se propuso lo llevó a cabo. Supo allegarse más recursos y Cholula cambió, sobre todo su aspecto, en lo que se refiere al centro y a sus diversas áreas turísticas.
Su gran pendiente fueron las juntas auxiliares que prácticamente fueron olvidadas. Su sucesor, Luis Alberto Arriaga, que había llegado cobijado por el tsunami morenista, entre muchas cosas prometió corregir el descuido. Hizo muy poco y su principal justificación fue que se le atravesó la pandemia de covid-19.
En parte tenía razón. Me sorprendió su empeño en presumir la honradez de su administración, mediante las certificaciones de empresas especializadas. Pero ahora resulta que su famosa transparencia en el manejo de los recursos no fue tal. Al menos está en entredicho, porque dejó al municipio sin recursos.
Pero no quiero meterme en ese tema hasta que la nueva administración proceda legalmente y con pruebas. Ya veremos qué pasa. Mientras tanto regreso al tema de la planeación.
Y para entender esto último, es necesario profundizar en el concepto de planeación. Planear es ¿un simple listado de programas
con sus respectivos proyectos que tenemos que hacer? O es algo más complejo. Cualquiera de nosotros que haya tomado un curso serio sobre planeación y desarrollo estará de acuerdo en que en el núcleo duro del concepto de planeación está la previsión.
“Planear es prever todos aquellos factores que influyen en la vida sana de un proyecto, desde su concepción hasta su realización”, decía mi maestro el Ing. Eduardo Rojo del Regil en su cátedra de Planeación y desarrollo industrial en la Facultad de Química de la UNAM.
Previsión es la acción de prever, de imaginar e investigar qué es lo que va a pasar con un proyecto. Sí, prever, desde el estudio preliminar, pasando por el análisis de mercado (o en el caso de los proyectos municipales, por el estudio del beneficio o la afectación de la comunidad involucrada), el estudio de factibilidad técnico económica, hasta el diseño, construcción y arranque del proyecto.
Desde luego que en nuestro país, desde los años 40 hasta nuestros días la planeación ha sido más demagogia que realidad. Pero aquí en nuestra comunidad, usted no me dejará mentir: desconocemos el Plan de Desarrollo que se propone la nueva administración panista.
Y todavía peor, no sabemos si la intención de la alcaldesa sea la de implementar un plan que verdaderamente propicie el bien estar social, y lo más importante, que este sea sostenible en el largo plazo, y que armonice con el medio ambiente.
Ahí están los temas de la basura, el agua, el aire y la tierra laborable agrícola, que han sido menospreciados por administraciones tanto priistas, como panistas y morenistas. Ya veremos qué pasa.