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HIEROFANÍA CHOLULTECA

Alejandro Mario Fonseca

En Cholula la Semana Santa es Sagrada. Lo Sagrado (por oposición a profano) es una autoridad que, aplicada a una creencia, permite a un grupo o una sociedad humana señalar la separación binaria espiritual o moral entre diferentes elementos que la componen, la definen o la representan (objetos, actos, ideas, valores…).

La dicotomía Sagrado-profano es la característica central de la religión para uno de los grandes fundadores de la sociología moderna, el francés Émile Durkheim.

El término se utiliza en los grupos basados en la iniciación o revelación para describir los elementos que los constituyen y fundamentan, así como todo aquello que está ligado a ellos (manifestaciones, organizaciones, etc.) Por ejemplo, en la mayoría de las religiones lo Sagrado designa todo lo que atañe a lo más fundamental de su culto.

Esta noción se utiliza hoy en día de manera más general en otros contextos: una nación puede definir como sagrados los principios que la fundan; una sociedad puede definir como sagrados tan sólo algunos de sus valores, etc.

Los antropólogos contemporáneos dicen además que la noción de Sagrado es demasiado borrosa para aplicarla al estudio de las religiones, aunque sigan trabajando en ello.

¿Qué es lo que define exactamente lo Sagrado?

Lo sagrado impone reglas y no respetarlas, incluso actuar contra las mismas, se califica como un pecado o crimen real o simbólico: es lo que llamamos sacrilegio. El peor de los sacrilegios es la profanación, que se define como la introducción de elementos profanos en un recinto sagrado, que puede ser real o simbólico.

Aquí en Cholula, donde vivo, lo Sagrado es considerado por muchos como la esencia. Y la esencia es el conjunto de características permanentes e invariables que determinan a un ser o una cosa y sin las cuales no sería lo que es. En otras palabras, sin lo “Sagrado” Cholula no sería, no existiría.

“Las cosas sagradas son las que las protegen y aíslan de las cosas profanas, son a las que se aplican las prohibiciones y que deben permanecer apartadas de aquéllas. La relación (o la oposición, la ambivalencia) entre lo Sagrado y lo profano es la esencia del hecho religioso.” (Durkheim)

Pero también lo Sagrado se suele utilizar para referirnos a momentos cruciales de la historia. En este último sentido el concepto aparece en La Marsellesa, el primer y más grade himno a la modernidad, a la libertad, la igualdad y la fraternidad:

Amor sagrado a la Patria ¡Guía, sostén nuestros brazos! … Libertad, libertad querida ¡Combate junto a tus defensores!

Pero lo Sagrado no está ligado siempre a la represión violenta. Es Dios (o los dioses) el encargado de aplicarla, a través de quienes sean sus voceros. Y ¿quiénes son esos voceros?

Sincretismo

En las sociedades tradicionales los sacerdotes de las Iglesias; y en las modernas también, pero con el apoyo de los gobiernos civiles. Incluso los recintos sagrados suelen convertirse en puntos de atracción turística.

En el caso de Cholula, su calidad de ciudad milenaria le da una doble connotación de Ciudad Sagrada: la prehispánica y la colonial. Como decía Octavio Paz: el catolicismo mexicano no creó una teología, ni una mística, pero sí muchas imágenes, fusionando así a Occidente con el mundo precolombino.

En su libro Vuelta al Laberinto Paz le llamó al fenómeno sincretismo: “ídolos atrás de los altares”. Lo que da entrada al análisis de la manipulación política de lo Sagrado. Pero antes de la crítica, profundicemos un poquito más en la concepción moderna del término Sagrado.

El filósofo rumano Mircea Eliade interpreta la religión no solamente como “creencia en deidades”, sino como “la experiencia de lo Sagrado”, analizando la dialéctica de lo Sagrado. Lo Sagrado se presenta en relación a lo profano.

a relación entre lo Sagrado y lo profano no es de oposición, sino de complementariedad, ya que lo profano es visto como hierofanía. Y llegados a este punto entramos al análisis fino del término Sagrado.

Hierofanía

Hierofanía (del griego hieros (ἱερό) = sagrado y faneia (φαίνειν)= manifestar) es el acto de manifestación de lo Sagrado, conocido también entre los hinduistas y budistas con la palabra de la lengua sánscrita darśana, y, en la forma más concreta de manifestación de un Dios, Deidad o Numen, se denomina teofanía.

El término fue acuñado por Mircea Eliade, en su obra Tratado de historia de las religiones, para referirse a una toma de consciencia de la existencia de lo Sagrado, cuando éste se manifiesta a través de los objetos de nuestro cosmos habitual como algo completamente opuesto al mundo profano.

Para traducir el acto de manifestación de lo Sagrado, Eliade propone el término “hierofanía”, que es preciso, ya que se refiere únicamente a aquello que corresponde a lo Sagrado que se nos muestra.

Las hierofanías pueden ser simples o complejas. Las simples son cuando se manifiestan a través de objetos o representaciones, tales como una piedra, un anillo, una espada, un recinto, o un rito. Las complejas ocurren cuando estas se manifiestan mediante un complejo y largo proceso, por ejemplo, el surgimiento del cristianismo

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