Alejandro Mario Fonseca

Ayer (25/06/2025) Emma Bubola publicó en el New York Times, un artículo cargado de ironía extrema: Boda de Bezos, alta traición a Venecia. El subtítulo es la clave: Las autoridades italianas están felices por la derrama económica que dejará el enlace, mientras que las organizaciones de vecinos, hartas del turismo, recuerdan que la ciudad no es parque ni restaurante.

Sí, amable lector, mientras el mundo está patas arriba por las escaramuzas bélicas en el Medio Oriente, la plutocracia norteamericana está de fiesta. Llegarán 90 jets privados y 7 yates de super lujo, y ya están rentados 30 taxis acuáticos.

Bubola remata: Luca Zaia, presidente de la región del Véneto, dijo que durante mucho tiempo Venecia había abierto sus puertas incluso a quienes algunos consideraban “incómodos”, como el científico Galileo Galilei, quien fue perseguido por la iglesia. Venecia es de todos, hasta de Jeff Bezos.

Sí, de risa, verdad, pero así están las cosas en este mundo, hoy en día, marcado por La derrota de Occidente. Se que para muchos lo que estoy diciendo suena a chino. Sin embargo, los invito a informarse bien y a no dejarse engañar por Televisa, TV Azteca y demás publicaciones que dominan las redes sociales.

La “escaramuza” en Irán

La escaramuza es el deporte ecuestre femenino en el que un grupo de mujeres, vestidas con trajes típicos, realiza ejercicios coordinados sobre caballos al ritmo de música tradicional mexicana. Este deporte es una parte importante de la charrería, considerada el deporte nacional de México, y se destaca por la elegancia, precisión y valentía de las participantes.

Pero una escaramuza, también es un combate menor o refriega de poca importancia entre grupos: es una disputa breve o un enfrentamiento ligero, a menudo en el contexto militar.

Y es que Trump y Netanyahu acaban de montar una escaramuza, sí, muy riesgosa pero también de risa, bombardeando las peligrosísimas instalaciones nucleares de los ayatolas iranies.

Según esto Trump salió fortalecido. Sin embargo, el genocidio en la Franja de Gaza continua y los Estados Unidos (la OTAN) continúan perdiendo la guerra en Ucrania.

Se trata de la menos preocupante de las interpretaciones geopolíticas, aquella que presenta a la guerra contra Hamás como una forma de hacer olvidar, y de olvidarse ellos mismos, que están perdiendo la guerra en Ucrania.

Por fin un teatro de operaciones donde podrían actuar libremente, sin temor a las represalias rusas, eliminando la beligerancia de Siria y ahora bombardeando Irán.

La prensa occidental, que durante meses había estado alimentando la ilusión de una contraofensiva ucraniana victoriosa, se siente ahora indudablemente aliviada al tener que dirigir su atención a una nueva escaramuza, perdón, guerra.

La otra interpretación geopolítica, la verdaderamente preocupante, es la que nos hace ver que las acciones de Estados Unidos e Israel, así como la del ascenso de la ultraderecha en Europa están demostrando que las sociedades “modernas” optan por encumbrar a políticos criminales y genocidas, precursores del mal. Venecia se viste de manteles largos. Una ironía extrema, ¿no le parece?