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EL PRI YA TOCÓ FONDO

Alejandro Mario Fonseca

¿Cuál es la filiación política de Andrés Manuel López Obrador? Definitivamente no es de derecha porque tanto en sus discursos como en los hechos, siempre ha estado del lado de los trabajadores, de los campesinos y en general de los pobres: “primero los pobres” cacareó hasta el cansancio.

Sé que a estas alturas de la historia política hablar de derecha y de izquierda resulta chocante, sin embargo el esquema a pesar de la simplificación, ayuda a comprender los cambios “radicales” que estamos por vivir.

Y el cambio más dramático que estamos ya viviendo es el de la agonía, el de la probable desaparición del Partido Revolucionario Institucional (PRI). El partido del gobierno, de la ambigüedad ideológica. ¿Qué fue lo que le pasó a ese, instrumento político, que dominó México durante un siglo?

Así que me puse a hurgar en mis libros y releyendo la Biografía del poder: Plutarco Elías Calles (Tomo 7), FCE, 1987 de Enrique Krauze, recordé algo que ya había olvidado: que el prototipo (modelo) del PRI fue nada menos que el Partido Socialdemócrata Alemán (SDP).

Antes de ser presidente el general Plutarco Elías Calles había viajado a Europa en busca de un modelo para su gran proyecto político y social para México.

En Alemania conoció las cooperativas obreras y agrícolas, y en general los métodos y técnicas modernas de administración y de trabajo; también tuvo la oportunidad de conocer el régimen social demócrata de Friedrich Ebert.

Seguramente conoció de cerca el funcionamiento de las asambleas, a sus líderes y en general la vida e historia del partido. El SDP ya era un partido maduro dotado de una firme configuración asociativa que competía por el poder del Estado.

Un partido moderno que además era un partido de masas. Había surgido de la profundización de la Revolución Industrial en la segunda mitad del siglo XX, que junto con el sufragio universal, había permitido el acceso de las masas a la política.

Pero lo más interesante, es que al general Calles lo que le interesó del SDP no fueron sus atributos modernos, sino el férreo control de los líderes sobre sus militantes. Y lo más importante: a Calles no le interesaba competir por el poder, sino mantenerse en él.

Un modelo que devino en simulación

Además en México la sociedad de masas estaba todavía por venir si es que su proyecto “modernizador” avanzaba. Así que inspirado en lo que de mecanismos de control ofrecía la socialdemocracia alemana, Calles tuvo la brillante idea de crear un partido que tuviera la función de “institucionalizar” la sucesión presidencial de manera pacífica: el actual PRI.

Así que desde un principio el PRI se convirtió en un instrumento de control político del presidente en turno imponiendo una base ideológica que identificaba al partido con la Nación misma y con el proyecto de la Revolución Mexicana.

Desde sus inicios en el PRI la corrupción y la impunidad habían sentado sus reales y el modelo daría muestras de debilitamiento desde fines de los años 60, pero no sería sino hasta el salinato, con el neoliberalismo y la globalización cuando el fracaso se haría evidente.

Después vendría la “transición democrática”, los ensayos panistas de Fox y Calderón que también fracasaron y la llegada del narcotráfico, el huachicol y demás calamidades, con lo que la corrupción, la violencia

y la inseguridad llegarían a niveles nunca vistos. Y de Peña Nieto ya mejor ni hablo: le tocaría ser el enterrador del PRI.

AMLO: Socialdemócrata

Curiosamente como una ironía histórica, con la llegada de AMLO a la presidencia, el proyecto original del general Calles tomó nuevos bríos. Lo que planteó el tabasqueño es ni más ni menos que lo que la socialdemocracia alemana sostiene el día de hoy:

  • Una economía mixta controlada democráticamente.
  • Programas subvencionados de educación, cuidado de salud universal, cuidado infantil y los relacionados servicios sociales para todos los ciudadanos.
  • Un amplio sistema de seguridad social, con el objetivo declarado de contrarrestar los efectos de la pobreza y asegurar a los ciudadanos contra la pérdida de ingresos a raíz de enfermedad, desempleo o jubilación.
  • Organismos gubernamentales que regulen la empresa privada en defensa del trabajador y de los consumidores, garantizando los derechos laborales (es decir, apoyar el acceso de los trabajadores a los sindicatos), y de los consumidores la protección y la competencia de mercado.
  • Democracia representativa en el marco del estado de derecho.
  • Sistemas de impuestos progresivos para financiar los gastos del gobierno.
  • Una política social secular y progresista.
  • Inmigración y multiculturalismo.
  • Una política exterior de apoyo a la promoción de la democracia, la protección de los derechos humanos y en lo posible, a partir del multilateralismo.
  • Promoción de la justicia social, los derechos humanos, sociales, civiles y libertades.

¿Qué le parece? La gran diferencia es que para financiar todo esto los alemanes cuentan con una de las economías más desarrolladas del mundo. Mientras que la herencia del PRI es un país en ruinas y ensangrentado.

Pero la larga borrachera ya terminó, lo importante es que ya “tocamos fondo”, enderezar el país se antoja difícil pero no imposible. Paciencia y participación ciudadana serán la clave.

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