Alejandro Mario Fonseca

De entrada, debo decir, como usted ya sabe si es que sigue mis columnas, que soy simpatizante y crítico de la 4 T del Presidente López Obrador. Sí, a pesar de los muchos errores de su partido Morena y de algunos de sus colaboradores, su plan de transformación avanza; lentamente pero avanza.

Dicho esto, entro en materia. Veo en el orden municipal un gran estorbo. En muchos municipios, independientemente del partido al que pertenezcan sus alcaldes, no ha cambiado nada; y en algunos casos hasta han empeorado.

Veamos el ejemplo que mejor conocemos usted y yo, el del municipio de San Pedro Cholula. ¿Qué está pasando? Y sobre todo, ¿por qué está pasando?

Lo primero que debo decir es que la mayoría de los que votamos por la hoy alcaldesa Paola Angón, nos equivocamos. Y es que votamos, no por el (la) mejor candidato, sino por el (la) menos peor. En mi caso la simpatía por el proyecto de la 4 T del Presidente no empató con el candidato a todas luces impuesto e inviable: Julio Lorenzini; así que vote por Paola Angón. Y así le pasó a muchos.

A todas luces era una apuesta muy arriesgada ya que la candidata carecía de experiencia en administración municipal. Para mí y para muchos otros era una desconocida. Sin embargo la esperanza era que se rodeara de asesores y colaboradores, panistas o no, serios, honrados y sobre todo, con estudios y experiencia. No sucedió.

La crítica debe ser análisis, no destrucción

Desde sus inicios, con los adornos navideños caros e innecesarios, con sus “acusaciones” de corrupción a la administración saliente de Arriaga y con el desastre en la recogida de la basura; la prensa en las redes sociales se volcó en una crítica despiadada. Por qué, porque la habían apoyado y les dio la espalda.

Yo me resistí a hacerlo porque quise darle tiempo, tiempo de aprendizaje. Pero la alcaldesa ni aprendió ni corrigió; sus principales funcionarios y asesores resultaron un fiasco y continuaron los errores y la mala administración.

Nunca publicó su Plan de Desarrollo Municipal, al menos yo nunca lo conocí. Lo que vi fueron declaraciones muy generales de buenas intenciones; no un Plan, con sus programas y proyectos concretos. La administración municipal no es un juego, es algo muy serio, requiere de conocimiento y sobre todo de responsabilidad.

Y bueno, la alcaldesa es abogada y no necesariamente tenía porque saber elaborar un Plan, entonces debió contratar expertos, la Ley lo permite. Expertos que elaboraran esquemas de diagnósticos y análisis de contexto, que le permitieran calibrar su potencial para llevar a cabo acciones efectivas.

La planeación es sobre todo previsión, requiere de imaginación. Se trata de prever todos aquellos aspectos que influyen en la correcta elaboración y ejecución de programas y proyectos, que incrementen su valor para la ciudadanía, tanto en el corto como en el largo plazo. Y todo esto supone aumentar la eficiencia, la eficacia y la imparcialidad de la función administrativa.

La administración “exitosa” de J. J.

El resultado fue que la alcaldesa entendió mal las demandas de la ciudadanía. El cambio que se exigía no significaba borrón y cuenta

nueva. La herencia no era mala, lo que se requería era profundizar y mejorar lo que el alcalde J. J. Espinoza, que sí tenía Plan, había ya iniciado y que Arriaga, mal que bien, continuó haciendo a medias.

1. J. Hizo muchas cosas bien y algunas mal, aunque a muchos nos caía mal por engreído y prepotente, a pesar de su narcisismo, hay que reconocer que Cholula cambió para bien. Pavimentó y adoquinó muy bien muchas calles, construyó el Teatro Municipal, modernizó la Casa de Cultura, embelleció la Casa del caballero Águila y el Jardín central, valla hasta plantó árboles en las banquetas; etcétera.

El uno por uno fue muy importante, los cholultecas aprendimos a manejar con precaución y a respetar a los peatones y ciclistas. Fue su mayor éxito. También intentó modernizar el mercado Cosme del Razo pero se lo impidieron los locatarios manipulados y mal informados.

Otro de sus intentos fue modernizar el servicio de recolección de basura, para lo cual, no sé si invirtió o contrató (o las dos cosas) a una empresa que se encargaría de algo que cacareó como una novedad mundial: un relleno sanitario con reciclado en seco. Hasta donde sé fue y sigue siendo un tremendo fracaso.

Tampoco supo cómo cumplir su principal promesa: retirar del centro de la ciudad la cárcel municipal. Otra de sus promesas, aunque creo que más bien fue de Arriaga, era la de construir un hospital como el que se tenía y que daba servicio no sólo a Cholula, sino también a las comunidades vecinas: no pudo, fracasó. Como corolario, la inseguridad heredada de los gobiernos priistas se incrementó.

Cambiar para empeorar

La administración de Arriaga, que ganó gracias al tsunami lopezobradorista, fue continuación de la de J. J. Espinosa: “lo mismo

pero más barato”. No hizo gran cosa, con los mismos funcionarios, no supo o no pudo resolver los pendientes heredados, se le atravesó la pandemia y por lo menos la duda quedó: su gestión fue opaca, gris.

Así que regresó el PAN municipal que, como ya dije al principio, ganó no por que tuviera una gran candidata, sino porque el candidato de Morena venía de perder encumbrado por el mismo PAN y además fue impuesto ya que la militancia y los entusiastas como yo fuimos ignorados y perdió.

Paola Angón la otrora flamante alcaldesa muy pronto cometió errores. Al principio parecía que eran traspiés de principiante y que fácilmente lo superaría; pero no fue así y más rápido de lo que se podía prever Cholula regresó a ser la de antes. Servicios municipales caros y de muy mala calidad.

Ya comenté lo de la basura, tan sólo agrego que si la empresa que maneja el famoso relleno sanitario “en seco” sigue siendo un engaño ¿por qué continua operando? Es vox populi (chisme popular) que “por cara” la intentaron sustituir con una empresa que ni siquiera contaba con el equipo adecuado: resultó peor.

Y ya para no cansarlo, tan sólo le comento que las calles de Cholula regresaron a ser las de antes. No sé si por ahorrar dinero o por no sé qué diablos, en lugar de repavimentar con buenos materiales, están tapando hoyos sin ton ni son y dejando chipotes, que con las lluvias volverán a ser hoyos muy pronto. ¿Buen negocio?

El adoquín tampoco lo arreglan en lugares en los que hay desprendimientos. Ya no comento lo de las patrullas supuestamente compradas a sobre precio, mejor ahí le paro.

La alcaldesa debería de aclarar, con pruebas contundentes, si todo esto es verdad o no. Si los panistas serios y honrados, que los hay, no

la asesoran pronto y si los morenistas siguen en sus luchas internas, me temo que en Cholula muy pronto regresará a gobernar el PRI: Dios nos agarre confesados.