Categories Opinión

VALORES: EL VERDADERO SENTIDO DE LA SEMANA SANTA

Alejandro Mario Fonseca

Cuando mis amigos cholultecas me preguntan sobre cuál es la religión que profeso, suelo contestar que soy ateo con una fuerte herencia católica y que no se asusten porque mantengo muy arraigados mis valores cristianos.

Perdí la fe católica, como muchos de mi generación en la ciudad de México, cuando ingresé a la Escuela Nacional Preparatoria plantel No. 9 “Pedro de Alba” de la UNAM.

Me acuerdo muy bien del fuerte impacto que tuve cuando leí el Manifiesto del Partido Comunista de Karl Marx. Era una lectura obligada en la clase de lógica en cuarto año, del maestro Gregorio Luna un materialista mecanicista, con el que aprendimos la importancia de elaborar conceptos claros y precisos.

Después tomé la clase de ética, ya en quinto, no me acuerdo del nombre de la maestra una filósofa cristiana, pero sí de las lecturas y del examen final: fue oral y tuve que refutar de “manera coherente” las Cinco vías para la demostración de la existencia de Dios, de Santo Tomás de Aquino.

Llegados a sexto año tuve la suerte de tomar un curso de estética y otro de literatura universal. Aprendí las bases de teoría del color, apreciación musical y crítica literaria; hice mis primeros y únicos cuadros al pastel y leí mis primeros poemas: recuerdo a Rubén Darío, a Ramón López Velarde y a Octavio Paz: leí Piedra del Sol.

¿cristianismo sí, comunismo no?

Ya era 1968 y un poco antes del estallido del Movimiento Estudiantil, se llevó a cabo en la prepa una mesa redonda sobre la Revolución Cubana. Llegaron los porros del MURO (algo así como los FUAS de Puebla) y terminaron con el evento a base de gritos amenazas y jitomaticos.

Ahora, casi medio siglo después, me doy cuenta de que la izquierda contemporánea parece tener sólo inquietudes políticas (todavía peor, ya que reducen la política al dinero y al poder), en aquellos años de izquierdismo incipiente y juvenil nuestras preocupaciones eran tanto políticas como culturales.

Sin saberlo adoptamos una postura contracultural, tal vez influenciados un poco por el hipismo y la moda, exploramos las ideas de las religiones orientales y prehispánicas. Ahora caigo en una de las razones por las que me interesan tanto el budismo como el yoga.

También ahora me doy cuenta de que una de las grandes mentiras del marxismo fue que la religión es “el opio de los pueblos”.

En realidad la religión está relacionada con la identidad cultural. Es más, en occidente nuestra religión, el cristianismo, está en el núcleo duro de nuestra cultura: está en su origen.

Se trata de una interesante paradoja: en tanto parece que quisiera liberarse definitivamente de todas las ataduras religiosas y confesionales mediante una “expulsión” racionalista de lo religioso, la cultura occidental está revelando actualmente sus raíces profundamente cristianas.

Seguir las enseñanzas del Maestro Jesús

Y es que todo el horizonte ideológico de nuestra cultura contemporánea se halla construido en torno a la víctima y a su carácter central: víctimas del Holocausto, víctimas del capitalismo, víctimas de la guerra del narcotráfico, víctimas de las injusticias sociales, de las guerras y persecuciones, del desastre ecológico, de las discriminaciones raciales, sexuales y religiosas… ¿Y qué otra visión, sino el cristianismo, pone en el centro a la víctima inocente?

Finalmente, es por todo esto que a pesar de haber perdido la fe, corre por mis venas el más profundo respeto por los verdaderos valores cristianos, que siguen siendo míos: la humildad, la sencillez, la compasión, el amor, etcétera.

Valores, que a pesar de todos los pesares y de todas las amenazas y desgracias, hay que seguir trabajando día con día, fieles a las enseñanzas originales del Maestro Jesús.

Qué desgracia que la Semana Santa esté perdiendo su sentido. Cada año que pasa veo con tristeza que más y más gente ya no respeta las tradiciones culturales más profundas del cristianismo: el nuevo Dios es el consumismo.

Los panistas se siguen asustando con el fantasma del comunismo, por eso es que están en contra de todo lo que el Presidente López Obrador dice y hace.

Pónganse a estudiar, el comunismo ya fracasó. AMLO es social demócrata y hace lo que puede, lo que le dejan hacer los necios mal informados.

Estimado lector, si usted quiere profundizar en el tema de la trascendencia del cristianismo en los orígenes de la cultura occidental, le recomiendo el texto Los orígenes de la cultura, de René Girard, editorial Trotta, Madrid, 2006.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *