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INVESTIGADORES HAN MODIFICADO GENÉTICAMENTE UNA PLANTA DE INTERIOR COMÚN, PARA ELIMINAR EL CLOROFORMO Y EL BENCENO DEL AIRE A SU ALREDEDOR

Por redacción

Investigadores han modificado genéticamente el poto, una planta de interior común, para eliminar el cloroformo y el benceno del aire a su alrededor.

Estas plantas modificadas expresan una proteína, llamada 2E1, que transforma estos compuestos en moléculas que pueden usar para mantener su propio crecimiento, tal y como se detalla en un artículo sobre este trabajo publicado este miércoles en Environmental Science & Technology.

“Realmente, no se ha hablado mucho sobre estos compuestos orgánicos peligrosos en los hogares, y creo que eso se debe a que no pudimos hacer nada al respecto”, afirma el autor principal Stuart Strand, quien es profesor de investigación en el Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la UW. “Ahora hemos diseñado plantas de interior para eliminar estos contaminantes para nosotros”, destaca.

El equipo decidió usar una proteína llamada citocromo P450 2E1, o 2E1, para abreviar, que está presente en todos los mamíferos, incluidos los humanos. En nuestros cuerpos, el 2E1 convierte el benceno en un químico llamado fenol y cloroformo en dióxido de carbono e iones de cloruro. Pero 2E1 se encuentra en nuestro mundo y se activa cuando bebemos alcohol. Por lo tanto, no está disponible para ayudarnos con los contaminantes en nuestro aire.

“Decidimos que deberíamos tener esta reacción sucediendo fuera del cuerpo de una planta, un ejemplo del concepto ‘hígado verde’ –apunta Strand, citado por Eurekalert– Y el 2E1 también puede ser beneficioso para la planta\”. Las plantas usan dióxido de carbono e iones de cloruro para hacer sus alimentos, y emplean fenol para ayudar a fabricar componentes de sus paredes celulares.

Los investigadores hicieron una versión sintética del gen que sirve como instrucciones para hacer la forma de 2E1. Luego, lo introdujeron en pothos para que cada célula de la planta expresara la proteína. El poto no florece en climas templados, por lo que las plantas modificadas genéticamente no podrán propagarse a través del polen.

“Todo este proceso llevó más de dos años -dice el autor principal Long Zhang, científico investigador en el Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental-. Eso es mucho tiempo, en comparación con otras plantas de laboratorio, que pueden tardar unos meses. Pero queríamos hacer esto en pothos porque es una planta de interior robusta que crece bien en todo tipo de condiciones”.

Entonces, los científicos probaron cómo de bien sus plantas modificadas podrían eliminar los contaminantes del aire en comparación con la hiedra pothos normal. Pusieron ambos tipos de plantas en tubos de vidrio y luego agregaron benceno o gas cloroformo en cada tubo. Durante 11 días, el equipo realizó un seguimiento de cómo cambió la concentración de cada contaminante en cada tubo.

 

fuente: www.sinembargo.mx

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