Por Orlando Xique
Una tradición que conjuga magia y religión, muerte y resurrección, misticismo y algarabía; que invita al rezo y al arrepentimiento, pero también a la fiesta popular, es sin duda la Pasión de Cristo que se escenifica en Santa María Tonatzintla. Herencia cultural que lleva más de tres décadas efectuándose y que, en esta ocasión, se celebrará del 14 al 19de abril, durante el periodo de semana santa.
La celebración comienza el domingo de ramos con el rito de la procesión de palmas, “con ramas de árboles que los pobladores van a recolectar hasta la zona del parque nacional IztaPopo”, para dar la apariencia del Monte de los Olivos, lugar donde fue arrestado Jesucristo.
El martes se realizará la enramada en la entrada de la iglesia, el jueves se oficiará la misa del “Lavatorio de pies”, le sigue la procesión por el barrio de San Pedro y remata con el juicio final, el viernes, en el barrio de San Miguel.
En Tonantzintla festejan la Procesión de Cristo de manera particular, no es escenificada por una persona, sino es representada una imagen.
Santa María Tonantzintla, se ubica a tan sólo 15 kilómetros de la ciudad capital, y tiene dos accesos, por la carretera federal a Atlixco y por San Andrés Cholula.
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No lleva más de 3 décadas, lleva mucho más.